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The Lucky One


El sargento Logan Thibault (Zac Efron) se apunta su tercera misión en Irak en un regimiento de la Infantería de Marina donde ya cayeron la mayoría de sus compañeros.
Lo domina un complejo de sobreviviente y en un montón de escombros halla el retrato de una mujer y la adopta como amuleto de la buena suerte: esa desconocida es The Lucky One.
Cuando regresa aún vivo, se le ocurre ir a buscarla y la encuentra en un pueblo de Luisiana, recién divorciada, madre de un niño adorable y fugitiva de un ex marido insoportable (Jay R. Ferguson). Logan no se atreve a revelarle su fantasía y se presenta como aspirante a un empleo en la perrera de su familia. Logan salva al niño de un accidente en el río y es adorado por todos, pero Beth (Taylor Schilling) tuvo escarmiento con el primer esposo y no está de humor para planear segundas nupcias.
The Lucky One, con su auréola de superstición romántica, gira alrededor de una idea atractiva, estropeada por algo muy raro en Hollywood: la desastrosa selección del reparto. Zac Efron, muy jovencito y muy bonito, luce un poco más maduro que bailoteando hace muy poco en la juvenil High School Musical, pero es imposible que haya cumplido tres períodos de batalla en Irak, a menos que lo reclutaran en pañales.
Para mayor complicación, lo empatan con la bella Taylor Schilling, una mujer hecha y derecha que luce mayor que Zac en la pantalla. En las fotos no posadas de la pareja entrando a la première, la actriz lo aventaja en estatura y apariencia, pero es obvio que el reparto fue seleccionado a ciegas y sin tener en cuenta el calendario, porque el papel de abuela sabichosa le toca a Blythe Danner. Al imberbe Zac Efron le han dejado crecer la barba, pero nunca se tiene la impresión de que su trauma de guerra es tan potente que lo impulsa a la búsqueda obsesiva de esa mujer lejana que da buena suerte. El director Seymour Hicks se desenvolvió mejor en Shine, que iba definitivamente en serio. The Lucky One se balancea entre drama y comedia, en perenne indecisión entre provocar suspiros o sonrisas. /elnuevoherald.com

 
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